Luis Castellano: "Todo el mundo se merece un empleo, no hay que fijarse en si tiene experiencia o una discapacidad"

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Luis Castellano vive en Morón de la Frontera, un pueblo de la comarca de la Sierra Sur de Sevilla. Cuando era pequeño y recorría sus calles, soñaba con ser cantante. Pero eso quedó atrás. Ahora sonríe al recordarlo. Tiene 27 años y ha realizado dos grados formativos, uno de Sistemas Microinformáticos y Redes y, otro de Auxiliar Administrativo. En la actualidad, compagina la búsqueda de empleo en empresas privadas con la preparación de oposiciones para empleo público.

Luis, ¿a qué te dedicas en estos momentos?

Ahora, mientras me preparo oposiciones, busco trabajo. Aunque estoy opositando, sigo buscando empleo. Opositar no es una cosa fácil. Llevo ya 3 o 4 años y me he presentado a muchos de exámenes: a la Junta de Andalucía, a ordenanza en una estatal, a la del Parlamento y ahora a una del SAS (Servicio Andaluz de Salud). Las oposiciones no tienen nada que ver con estudiar, son otra cosa, aunque los exámenes estén adaptados. Pero lo importante es no rendirse y no tirar la toalla. Yo sigo con ilusión buscando un trabajo. En verdad, quiero conseguir algo estable para estudiar Integración Social, pero primero tengo que conseguir un trabajo.

¿Qué dificultades encuentras para acceder al mercado laboral?

El problema principal es que las empresas buscan a gente con experiencia y no dan oportunidad a la gente que no la tenga. ¿Y si no me cogen cómo voy a tener una oportunidad?  Es lo que no veo bien. Hay gente con experiencia que trabaja bien y gente sin experiencia que trabaja mal. Hay de todo y alguna vez hay que dar esa oportunidad. Otro motivo puede ser por la discapacidad, creo, no estoy muy seguro, pero también puede ser. Todo el mundo se merece un empleo, no hay que fijarse en si tiene experiencia o una discapacidad.

El hecho de estar dentro del espectro autista o tener una discapacidad, ¿es una es una barrera para encontrar un puesto de trabajo? 

La gente ve la etiqueta de Asperger, de autismo… Yo no la veo. Hay empresas que te cogen por la discapacidad. Otras se aprovechan. Solo hace falta un trabajo digno para todo el mundo, tenga lo que tenga.

¿Qué hace falta para que la sociedad sea consciente de otras realidades, esté más comprometida con las personas con autismo? 

No creerse superior a nadie, y ver que todos somos iguales. Porque una persona tenga una discapacidad no va a ser ni mejor ni peor. Incluso las personas con discapacidad te pueden ayudar también. 

Has participado en las entrevistas del “Proyecto Rumbo: hacia un modelo de autonomía personal conectado e inclusivo”. ¿Qué te ha motivado?

Las personas que tenemos autismo sabemos, más o menos, cómo vivir nuestra vida, los obstáculos que podemos tener y cómo luchar contra ellos.  Participar en la entrevista es como una puerta más que se abre para que se nos conozca. Se conozca el síndrome de Asperger, que seamos reconocidos como iguales. Podemos ser igual que cualquier otra persona porque para mí, en verdad, la discapacidad no existe. Todo el mundo tenemos algo que nos cuesta más o menos, tengamos lo que tengamos. Son etiquetas, al fin y al cabo. Hay gente que se cree que es perfecta, también hay gente que no ve sus errores. Pero nadie es perfecto.

En tu caso, ¿necesitas algún tipo de apoyo hoy en día?

Estoy en proceso de aprender a cocinar, pero por lo demás nada, no necesito ningún apoyo en sí, puedo valerme por mí mismo.  

Tú has vivido de forma independiente, fuera de tu localidad, en la ciudad, ¿qué destacas de esa época?

Me di cuenta de que podía hacer las cosas solo, que la vida independiente es más tranquila. En mi caso, convivía en el piso con dos compañeros más:  mi hermano y una amiga. Lo único es que tienes que hacer las cosas de la casa. Eso lo llevaba a rajatabla, soy muy responsable.  Además, tenía muchos sitios donde ir. Vivía muy cerca de un centro comercial, de la parada de autobús y de un gimnasio. 

Disponías de muchas posibilidades para disfrutar de tu tiempo libre, ¿cómo es ahora tu tiempo de ocio?

Cuando vivía en Sevilla, sí tenía mucho sitio donde ir. Ahora, me dedico a pasear con mi mascota. Estoy volviendo a leer, me gustan los libros de aventuras o sagas, libros de autoayuda, veo series, sobre todo, de acción, anime. Juego con la consola y escucho música.

También salgo en Sevilla, porque aquí tengo pocos amigos. En el pueblo, puede ser por la discapacidad, te ven como un poco raro.

¿Cómo es para ti vivir en una zona rural? 

Lo bueno de vivir en un pueblo es que todo está cerca y se puede ir a todos sitios andando. No hace falta coger transporte, ni nada. Tiene vistas y paisajes muy bonitos cerca.  Pero lo negativo es que no hay oportunidades labores y falta ocio. Solo hay actividades en feria o carnaval.

Si pudieras elegir, ¿cómo te gustaría vivir?

Yo prefiero estar en una ciudad o en un sitio con recursos y que tenga ocio. Pero, me daría igual, viviría donde esté mi trabajo, solo o acompañado. El problema de vivir solo es tener dinero suficiente para los gastos. Lo más importante es tener una buena vida: un trabajo, una casa donde vivir y poder viajar.

 

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