Eduardo González: "Las personas con Asperger entendemos las cosas, pero de otra manera"
A Eduardo González le gusta Sevilla. Le atraen las vistas panorámicas que le ofrece la ciudad, sobre todo por la noche, cuando puede sentir de lejos el ruido, la gente y las luces. Pero, desde hace unos meses, ha vuelto a instalarse en Osuna, donde visita casi a diario su rincón favorito y enclave de su historia personal, la plaza del Duque, desde donde se divisa la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Pasa la mayor parte del tiempo estudiando inglés, un idioma que le encanta, según él mismo dice, forma parte de su reciclaje para encontrar un nuevo empleo. Su compromiso con las personas con autismo le lleva a intervenir en charlas para sensibilizar a los más jóvenes en colegios e institutos.
En la actualidad, Eduardo, estás buscando empleo, ¿en qué te gustaría trabajar?
Me gustaría trabajar en atención al cliente, como recepcionista o en secretaría. La verdad es que me siento triste porque es como si al buscar empleo siempre me faltara algo, carné de conducir, programas informáticos, nivel alto de inglés…
¿Qué cambios deberían darse para que la sociedad sea más amigable con las personas con TEA?
Conocerlas. Es importante acercarse a las personas con TEA (trastorno del espectro del autismo) porque nosotros no nos vamos a acercar. Se dice: “estos niños son raritos”. No solemos hablar mucho, somos muy retirados y cuando nos gusta una cosa, la llevamos hasta el infinito. No todos somos iguales, pero siempre nos vamos a apartar. A mí me encantan las personas que hablan y hablan. O sea, que no se callan ni debajo del agua, pero me cuesta sacar conversación.
Impartes charlas en los institutos para sensibilizar a los jóvenes sobre autismo ¿Por qué es importante para ti hablar del síndrome de Asperger, de autismo?
Para que otros no pasen lo que yo sufrí. Todos somos capaces de todo, pero no todos tenemos el mismo camino. A veces, el camino más largo es el que te lleva a buen puerto. En las charlas, explico qué es el Asperger, que es una cosa totalmente normal, que las personas con Asperger entendemos las cosas, pero de otra manera. Porque, aunque parezca mentira, hay mucha gente, también famosa, que tiene Asperger y no lo dice. Pero si se conoce se puede ayudar a otras personas. Para que nadie les diga “tú no puedes”. Mi profesor me dijo que me iba a costar estudiar un grado superior porque era difícil. Pero yo siempre digo que lo difícil se consigue, lo imposible se intenta. Hice Administración y Finanzas para callar a la gente, no por mi. A mí me hubiese gustado que hubiesen tenido paciencia conmigo, hubiese estudiado Filología Inglesa. Por eso, es importante hablar del Síndrome de Asperger.
¿Eso es lo que te ha llevado a participar en las entrevistas del Proyecto Rumbo, una iniciativa para crear modelos de vida autónoma?
Sí, porque a cada persona con TEA le interesa una cosa. Uno no hace nada, mil hacen todo. Es decir, una opinión sola no va a ninguna parte, pero si participamos diferentes personas dentro del espectro, con diferentes capacidades, podemos construir algo más.
Al hablar de vida independiente y autonomía personal, ¿qué te viene a la cabeza?
Ese es mi objetivo, vivir de forma independiente. Hasta que no tuve el diagnóstico, no empecé a tener clara las cosas. Digamos que no confiaron en mí. Ya sabes, una mentira dicha cien veces se convierte en una verdad. Me decían que yo no podía y me lo creí. Ahora estoy en un momento en que tengo que decidir el camino, y me tiene que gustar lo que elija. Estoy intentando arreglar mi vida, pero por el camino que yo quiero. Estoy barriendo, construyendo. En este momento necesito subir un escalón por mí mismo. Busco empleo. He vuelto a Osuna, a la casa de mis padres, después de vivir seis años en Sevilla. Como dijo alguien, la independencia es hacer lo que uno quiere cuando quiere. Te da libertad, pero al mismo tiempo es un riesgo, porque todo pasa por ti. Tienes una serie de obligaciones, que si no las haces no tienes derechos. Por ejemplo, si no planchas o no limpias la ropa, no estará lista para cuando la necesites.
¿Dirías que las personas adultas con TEA tienen las mismas oportunidades que el resto de la población?
Parece que tenemos que demostrar de lo que somos capaces. A veces, hacemos cosas para callar a la gente, como me pasó a mí, al estudiar algo que no me gustaba solo para demostrárselo a quienes me decían que no podía. Tenemos el derecho a que la gente nos vea con normalidad, no extrañarse de que podamos ser médico o lo que sea. ¿Por qué se tiene que señalar la discapacidad? Para que haya las mismas posibilidades parece que lo tienes que anunciar como si fuese un mitin. Yo no tengo un cartel que diga tengo Asperger, somos todos iguales, eso sí cada uno se pone su muralla.
Entonces, ¿qué dirías que es importante para que las personas con autismo puedan llevar una vida autónoma?
Que tú reconozcas que eres TEA y que los otros te reconozcan que eres TEA. Porque si tú no te lo crees no vas a ningún sitio. Vas a ser algo que no eres. Es importante que los profesores sepan qué alumnos son diferentes, que no los vean a todos juntos. Porque no todos vamos por el mismo camino. De ahí viene el fracaso escolar. Por supuesto, no humilles a nadie, ni apartes a nadie. Estoy hablando de conocer a las personas, sus capacidades. Da tú el primer paso para que yo pueda subir el escalón.